jueves, 27 de agosto de 2015

Consejos para neófitos



Hola!
Hoy me dirijo a los pequeñines, a los que estáis a punto de romper el cascarón y comenzar vuestra andadura en esto que llamamos Medicina.

Entráis en una especie de secta.
Dentro de nada no haréis otra cosa que pensar en medicina, hablar sobre la carrera, las asignaturas, los compañeros, los profesores...y nada será tan difícil y tan raro ni tan interesante como vuestra querida medicina.  ¡Sed bienvenidos, neófitos!

Os voy a dar una serie de consejos que me hubiese gustado recibir en estas fechas, cuando me subía por las paredes intentando averiguar cómo sería el primer curso:

1. Tranquilidad. El día de la presentación es sólo eso, una presentación. Una charla que puede ser más o menos motivadora, y un tour por la facultad. Las novatadas (dependiendo de la facultad), o no son tales, o siempre os podéis negar. 
Haced caso a los mayores y no os compréis libros al tuntún. Intentad esperar a ver cuál usan en vuestra facultad, y echadles un vistazo antes en la biblioteca.

2. Actitud positiva. La gran mayoría pasa de curso, ¿por qué vosotros no?. Si os enfrentáis al reto con ganas, lo sacáis ;). Sin embargo, si ya estáis pensando que os van a quedar tropecientas mil... mal asunto. No es un curso fácil, pero tampoco imposible.

3. Vais a hacer amigos el primer día. Quizás no toda la gente que conozcáis el primer día vaya a ser de vuestro círculo más íntimo, pero algunos de ellos sí. El primer día de clase, hubo una chica que me saludó, empezamos a hablar y nos juntamos con otro grupito. Esa chica se sentó a mi lado ese día, y así hemos seguido durante tres años :D (y los tres que nos quedan ;) ).

4. Adaptaos al nuevo ritmo. La dificultad variara según la asignatura. A grandes rasgos, podéis esperar:

  • Biología: la biología celular y molecular de segundo de bachillerato pero más detallada. Vais a dar un montón de lípidos y nombres raros que luego no os servirán de mucho, y os aprenderéis las tinciones y principales técnicas de laboratorio.
  • Bioquímica: la otra parte del temario de biología de segundo mezclado con química: ADN, proteínas, glúcidos, lípidos... Metabolismo de  todo lo anterior...Y algunas enfermedades interesantes. También tendréis prácticas de laboratorio chulas, pipeteando y haciendo cálculos.
  • Anatomía: La gran temida. Cuesta a adaptarse, porque hay que aprender muchas palabrejas y saber orientarse en los planos. Es como hablar otro idioma. Pero haciendo dibujos y con un buen atlas, se os quedará todo ;).
  • Asignaturas variables: Puede que tengáis Estadística, Genética, o incluso que empecéis ya con fisiología y otras más complejas. O física. Pensad que es algo pasajero y evitad que se os atraganten. 
5. No perdáis el horizonte. Aunque todo se vuelva muy oscuro, buscad siempre la luz. Intentad salir a la superficie de vez en cuando para respirar y ver todo con otra perspectiva. Recordad por qué estáis aquí, por qué queréis hacer esta carrera. Siempre tenéis que mirar hacia delante y no os entretengáis con cualquier piedrecita que os encontréis por el camino. Todo se supera, y siempre se saca fuerza en los momentos más difíciles. Tú puedes con todo!

6.  Iréis avanzando poco a poco, todo llega. Primero no tiene nada que ver con lo que luego es la carrera. De verdad. O por lo menos no hasta donde yo he llegado. Muchas cosas se olvidan de un año para otro. Pero es el primer escalón. Hay que formar unos cimientos sólidos para toda la información que te van a meter dentro de unos años hasta que te salga por las orejas. Por eso los primeros años son duros, porque no son muy clínicos y no ves la utilidad de lo que estás estudiando. Aprende todo lo que puedas y disfruta. Lo difícil ya vendrá, y tienes que estar preparado para ello.

7. Humildad. Sí, has entrado en Medicina, enhorabuena. Puedes estar todo lo contento y orgulloso que quieras, porque te lo mereces.

Sí, vas a ver cadáveres este año, y al siguiente. Pero vas a hacer poco más que despellejarlos, quitarles la grasa y disecar los diferentes elementos anatómicos para que veas cómo son en realidad, porque no tiene nada que ver con cómo lo pintan en los libros.

No por el hecho de estar en Medicina significa que sepas algo. Y si no me crees, ya tendrás algunas experiencias a lo largo del año que me den la razón. Y si no tiempo al tiempo. Cuanto antes asimiles este consejo, mejor. A veces se nos olvida a todos, pero hay que ser humildes y honestos.
No eres Dios, ni superior que aquel que tienes delante, o al lado, porque hayas sacado más nota en Selectividad.
Lo bueno que tiene esta carrera, y todas las sanitarias, es que tratas con un montón de personas. Miles y miles de vidas distintas, cada uno con su ideología, sus convicciones, sus sueños, sus derrotas, y sus demonios particulares.
Puede que la forma en la que concibes tu vida cambie de la noche a la mañana, y como vayas con el ego muy subido puede que te tragues muchas palabras.

Así que ve con los cinco sentidos bien dispuestos, no dejes de preguntarte el porqué de las cosas, sé curioso, y fíjate bien en cómo son tus profesores o los profesionales que te rodeen. Pregúntate si quieres ser cómo ellos o no, y te irás haciendo a la idea del profesional que serás el día de mañana.

PD: Una vez que cumples los 18, el tiempo pasa volando. Así que disfruta, porque en menos de lo que se dice quidditch serás tú el que esté escribiendo una entrada para los neófitos. 

jueves, 6 de agosto de 2015

Cerrado por vacaciones

Resultado de imagen de vacaciones

A estas horas, estaré en un atasco de camino a la playita
A descansar cuerpo y mente
A cuidarme y darme mimos (o que me los den jaja)
A recargar pilas.

Que os vaya bonito y nos vemos a finales de agosto, para preparar la vuelta al "cole".
Besos :)


miércoles, 5 de agosto de 2015

Experiencias en Urgencias III: Pedriatría no es lo mío



En esta última entrega sobre los casos que me  llamaron la atención en Urgencias vengo a contaros cómo, (hasta que se demuestre lo contrario), descubrí que no estoy hecha de la pasta que se necesita para ser pediatra...


Ocurrió el último día. Ese día me encontraba en las consultas de trauma con mi tutora. A esas horas no había mucho follón (aunque vi cosas muy interesantes).
Se oía a un niño llorar desconsoladamente fuera, en esos pasillos que hay entre consulta y consulta. Nosotras en ese momento no teníamos a ningún paciente en la sala, y estábamos mirando unas radiografías. 
Mi tutora me dijo que saliera para ver qué le pasaba al chico.

Era un niño de 10 años que, jugando al fútbol en un campamento de verano, se había roto el cúbito y el radio a la altura de la epífisis distal, y la fractura estaba desplazada. El enfermero intentaba tranquilizarle venga campeón, que estás aguantando muy bien. Eres un chico muy fuerte. Y el buenazo de él dejó de llorar, y seguro que le dolería hasta el alma. 

Tras la radiografía de rigor que confirmó el diagnóstico, se llamó a Traumatología. Había que operarle para volver a poner los huesos en su sitio. Yo volví con mi tutora.

Al cabo de unos minutos, volvimos a escuchar al chico en el pasillo hablando con el enfermero: 
Si me van a operar, me tendrán que dormir, ¿no?

—Si, claro.

—Y si me duermen...¿cómo me despiertan después?

—Pues con otras medicinas. Hay medicinas que te duermen y medicinas que te despiertan.

—Pero... ¿y si no me despierto?

—¡Qué cosas dices. Cómo no te vas a despertar!

—En las series hay gente que no se despierta después de la operación... —malditas series ¬¬—. ¿y si no me despierto y no vuelvo a ver a mi madre?

Su madre estaba de camino. La habían informado los del campamento y la única preocupación del muchacho era no volver a ver a su madre. Se pensaba que le iban a meter ahí en el quirófano, le iban a dormir, y no la vería más.
Nosotras, y el enfermero en el pasillo, nos reímos ante la ocurrencia del pequeño. ¡Qué cosas piensan! Mi tutora me indicó una vez más que saliese e intentara tranquilizarle.

Miré aquellos ojitos tiernos, preocupados, y le dije que esas cosas no pasaban como en las series. O no con la frecuencia que nos hacen ver. Que el estaba sano como un roble y no le iba a pasar nada grave. Que esas cosas le pasa a la gente mayor que tiene otros problemas de salud y por eso les sienta mal la anestesia. Pero que un chicarrón cómo él, que jugaba de delantero como su ídolo Cristiano Ronaldo, no se iba ni a enterar de la anestesia y volvería a ver a su madre.

Y en ese momento, al fondo del pasillo, se abrieron las puertas y apareció una mujer que andaba apresuradamente. Era ella. La madre. No corría por mantener el decoro,  pero hacía todo lo posible por salvar la distancia que le separaba de su hijo cuanto antes. Él, en cuanto la vio se echo a llorar de nuevo, pero esta vez de alivio.

Y a mi me faltó la música de fondo para no hacer lo mismo...  Se me escapó alguna lágrima, no pude contenerlo del todo.
Fue ahí, en ese momento, en el que no había pasado nada del otro mundo, en el que me di cuenta que si no soporto cuando las cosas van bien, no seré capaz de afrontarlo cuando va mal...

Si soy de las personas que lloran hasta cuando matan a los malos en las películas...

Soy una blanda, qué le vamos a hacer.



sábado, 1 de agosto de 2015

Experiencias en Urgencias II: 3 mitos sobre las series de médicos vs. realidad

Mito 1: La serie plasma la realidad del mundo médico
Mucha gente de hoy en día, incluso alguno de nosotros al comenzar el viaje por esta carrera, piensa que la Medicina es parecida a las series de TV.  Que todo médico es capaz de abrirte con un bisturí, diagnosticar una enfermedad imposible o tener una respuesta para cada pregunta.
Pero no es así, y lo sabéis.

El primer día, mientras aparcaba, vi a lo lejos una columna de humo negra que ascendía hacia el cielo no muy lejos del hospital. Pasaron por mi lado tres camiones de bomberos con las sirenas a todo volumen. Y pensé ¡Quemados!¡¡Quemados en mi primer día en Urgencias!!

Casi tuve que pellizcarme porque no me lo creía... Como las series. Estaba en el episodio piloto en el que la pardilla estudiante de medicina entra en escena. Estaría todo lleno de profesionales sacados del último casting de Calvin Klein, y cada paciente tendría su propia historia que me haría replantearme mi vida desde los inicios...

Pero, ¿no os he dicho antes que la medicina/la vida no es como las series?

Llegué y no había quemados. No sé si fue porque no hubo víctimas o se los llevaron a otro hospital más especializado en esa patología.


Mito 2: Los médicos hacen todo el trabajo.
Qué manía tiene la gente con creer que el médico es superior a todo lo demás. No voy a negar que se tengan más conocimientos desde el punto de vista teórico y a la larga, porque ahora mismo a mi me da mil vueltas mucha gente. Hasta el de seguridad que está ahí todo el día. 

Hubo un día en el que tuvimos 5 box vitales, esto es, gente que llega y hay que atenderla inmediatamente porque si no, se puede morir. En esta categoría entran los infartos, los accidentes de tráfico y demás historias.
Cuando suena la sirena todo el que ande por allí tiene que acudir al box vital. En seguida la sala se llena de gente. Médicos, enfermeros, auxiliares, residentes, estudiantes... 20 personas como mínimo.
Tuvimos un accidente de tráfico y estaban los médicos de Urgencias,los de la ambulancia, los de la UCI, los cirujanos, los cardiólogos... casi todos con los brazos cruzados. Los enfermeros y los auxiliares parecían un equipo de natación sincronizada. Cada uno sabía dónde tenía que estar, y qué tenía que hacer. En el medio de toda esa vorágine, los estudiantes, estorbando con cada respiración...Y la verdad es que no sabías dónde ponerte para no molestar y a la vez ver algo.

Sale el ECG, y el resto de pruebas y es entonces cuando entran en acción los médicos. Pero para entonces ya se ha hecho un ECG, se han puesto dos vías, una sonda, se ha desplazado el paciente a la camilla, se ha tomado la tensión, la saturación de O2...y ninguna de esas cosas las ha hecho el médico.

Mito 3: El infarto está sobrevalorado.

Pensaba que cuando a una persona le pasaba algo grave, se encontraba mal, muy mal. Y he visto lo contrario (perdonad mi escasa experiencia si no es así). 
Hubo un señor que vino muy mal. Con náuseas, dolor y agonizando. Parecía un infarto, pero no.
Luego hubo otro, que estaba nervioso, pero sin la catársis del de antes y tenía un infarto de libro. Con el ST elevadito. Y cuando se le administró la medicación todo volvió a su ser.


¿Algún mito más que hayáis descubierto vosotros?




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